Dos actrices, una más veterana y otra más joven, deben interpretar a un mismo personaje. La actriz joven se esforzará por poder estar en la palestra, en brillar y reclamar su foco de atención. La actriz más veterana intenta no terminar convirtiéndose sencillamente en alguien a quien el público olvide. Ambas, tendrán que convir en ese espacio tan frágil que es el escenario sin que sus recelos hagan esa convivencia impracticable.
Esta podría ser una suerte de sinopsis de la obra «Eva contra Eva» que, con adaptación y dramaturgia de Pau Miró, dirigida por Silvia Munt e interpretada por Ana Belén, como cabeza de cartel junto a Mel Salvatierra, Javier Albalá, Manuel Morón y Ana Goya, nosotros hemos podido ver en el Teatro Reina Victoria, en Madrid.
Todo el texto se inspira, o eso dice el programa de mano, en un clásico del cine: Eva al desnudo (All about Eve) del mísmísimo Joseph L. Mankiewicz. De entrada, uno puede plantearse la pregunta de la falta de originalidad o, cayendo en lo obvio, la audacia del autor para inscribir la escritura de «Eva contra Eva» dentro de los alrededores de un clásico tan reconocido y apuntalado por la crítica cinematográfica. Cierto es que enseguida llega la directora de la pieza a tranquilizarnos diciendo que:
Pau Miró pone en una partitura afinada y divertida todas estas preguntas, partiendo de una versión muy libre de la película «Eva al desnudo».
Eso nos deja tranquilos. OI sea, lo de versión «muy libre» (nosotros diríamos libérrima) del guion de Mankiewicz. Con relación a lo de afinada y divertida, pues miren ustedes: la respuesta es no. Totalmente no.
Lo que se ha creado aquí es una suerte de obra bigger than life, repleta de sentimentalismos, hechuras artificiosas y unos alambicados giros sin sentido que llevarán al/ a la espectador/a, con cierto criterio, a preguntarse cómo es posible que todo esté tan deshilachado, tan desconectado y alejado de un discreto número de emociones genuinas.
Si «Eva al desnudo» (en la que se inspira la presente obra) se puede observar como un ejercicio a medio camino entre la preplejidad y la causticidad en torno al mundo de la interpretación, «Eva contra Eva» se erige como ejercicio de «Ctrl+v», sin estilo propio, en el plano de lo dramatúrgico. Y, ojo, que no es nada malo, siempre y cuando la apuesta no salga por la tangente, como en este caso.
Falta mordacidad, carisma, agilidad. Por completo. La intrahistoria del accidente/incidente con el coche, que atañe a la protagonista, nos aleja por completo de cualquier posibilidad de seguirle la pista a un relato interesante. Se hace fuego con cerillas mojadas. Y se ven los intentos, uno tras otro, por darle a la propuesta un aire de thriller que no cuaja jamás. Todo se queda en melodrama sin fuelle. En su intento por atinar en otros lugares, parece que la cosa escora hacia la comedia cuando la actriz ejecuta una ruptura en medio de la función (teatro dentro del teatro) y este episodio, con el debido respeto, se transforma en peripatético. No deja de sorprendernos semejante Deus ex machina, mutatis mutandis, con un arma como elemento efectista. Escuchamos los murmullos del público, un atisbo de emoción, sí, pero no sabemos si más por ver de cerca a Ana Belén, escapando de la escena hacia el patio de butacas, que por el hecho, per se, de lo que se está contando.
En la escena, Ana Belén, que tiene oficio a las espaldas y es, francamente, el remolcador de esta propuesta, con todo, no acaba de brillar. No hay relumbrón. Su interpretación se apaga, es tenue, no deja impronta y, a menudo, está demasiado encorsetada en un personaje que redunda en un tono entre autosuficiente, aburrido de sí mismo y monótono. Eso sí, no sentimos que ningún otro intérprete le tome la delantera. Ni el papel del director, en manos de un Javier Albalá al que podría habérsele sacado mucho más provecho, ni el papel del crítico, a cargo de Manuel Morón, cuyo texto es poco o nada seductor. Lo mismo sucede con el papel de Ana Goya, que no deja rastro. Con respecto a Mel Salvatierra, que da la réplica de Eva joven a la Eva veterana, podemos decir que no encaja en absoluto en ese periplo que ha de hacer su personaje. Cuando les oímos, en escena, tenemos la sensación de que los intérpretes no ha sido capaces de acceder a los matices de sus papeles. O eso, o que el texto está calibrado para revelarnos unos temperamentos carentes de la suficiente profundidad.
Dice de nuevo, en el programa de mano, la directora de la pieza (que no el autor de la misma. Sigo sin entender por qué no puede reflexionar el autor sobre su pieza en lugar de hacerlo la dirección) que:
La vida, a veces, es como un juego de espejos, colocados aleatoriamente.
Una frase de esas que suenan bien, pero bajo la cual solo hay un vacío dormitivo casi rozando aquella, a lo Forrest Gump, de la vida y la caja de bombones, pero más estilizada. Nosotros, tras ver la función, parafrasearíamos, señalando que la vida, a veces, es como un juego de espejos rotos, colocados deliberadamente. Y ustedes, con toda seguridad, ya se imaginan qué imagen suele devolver un espejo roto.
EVA CONTRA EVA
PUNTUACIÓN: 2 CABALLOS Y 1 PONI (Sobre cinco).
Se subirán a este caballo: Quienes sean fans de Ana Belén.
Se bajarán de este caballo: Quienes sean fans de Joseph L. Mankiewicz.
***
FICHA ARTÍSTICA
Adaptación y dramaturgia: Pau Miró
Dirección: Sílvia Munt
Reparto: Ana Belén, Mel Salvatierra, Javier Albalá, Manuel Morón y Ana Goya.
Escenografía: Enric Planas
Iluminación: David Bofarull
Vestuario: Nídia Tusal a partir del diseño original
de Miriam Compte
Sonido: Jordi Bonet
Creación y realización de vídeo: Daniel Lacasa
Caracterización: Chema Noci
Piano: Jaume Vilaseca
Ayudante de dirección: Matilda Espluga “Tilda”
Ayudante de vestuario: Monica Teijeiro
Diseño técnico de vídeo: Martín Elena
Dirección técnica: Pedro P. Pérez, Trasescena
Técnico de luces: Víctor Cadenas
Técnico maquinista: Juan Duarte
Regidora y gerencia compañía: Ruth Alonso – Trasescena
Confección de vestuario: Sastrería Pretaporter
Construcción de escenografía: Taller de escenografía Jorba Miró
Fotografía: Javier Naval
Jefa de producción: Clàudia Flores
Producción ejecutiva: Macarena García
Dirección de producción: Josep Domènech
Distribución: Bitò
Una producción de Bitò Produccions
***
Una crítica de Mi Reino Por Un Caballo
Síguenos en Facebook: https://www.facebook.com/www.mireinoporuncaballo.blog
Y en Instagram: https://www.instagram.com/mireinopor/