Tres amigos se reúnen para conmemorar el aniversario de la muerte de Toni, un amigo de la infancia. Y esa reunión, claro, será la excusa perfecta para ajustar cuentas pendientes.
Esta podría ser una suerte de sinopsis de la obra «Wasted» que, con autoría de la británica Kate Tempest, dirigida por María San Miguel e interpretada por Mariano Estudillo, Javier Amann y Nakarey, nosotros hemos podido ver en la sala Jardiel Poncela del Teatro Fernán Gómez de Madrid.
Edu, Dani y Carlota: los tres protagonistas del reparto de la pieza. Se supone que la obra de Tempest opta por trasladarnos a un territorio de vidas comunes que no encuentran más que promesas y expectativas incumplidas. De acuerdo. La autora es escritora y también canta. Varios discos en su haber y afinidad por el spoken word, por la poesía. En esto del teatro su «Wasted» se parece al resto de su obra: desencantada con la existencia. Casi Sartreana. Repasando la bio de la autora observamos que tiene 34 años. Una especie de territorio de nadie. Entre el tercer y el cuarto piso. Antes rapera que poeta, la Poetry Society de Reino Unido la considera una de las voces poéticas más relevantes en inglés.
Un examen a los títulos de sus obras (sean estas poemas, canciones o literatura) nos hace deducir por dónde pueden ir las temáticas. Nótese: «Mantente firme», «Cuando la vida te da un martillo», «El libro de las trampas y las lecciones» o la obra de la que aquí hablamos, «Wasted», que viene a traducirse como «vano», «gastado», «vacío», «desaprovechado» (esta última es la que más nos gusta). Partiendo de que el texto nos parece rico en filamentos, aprovechable, materializable y con hondura, debemos asumir que en lo que vimos sobre las tablas, deja poca o nula estela de ese tipo de hallazgos.
Creemos que el principal problema de la pieza es su desacertado casting. No porque los actores y la actriz no puedan, algún día, enredarse en el entramado de una obra como «Wasted» y salir airosos, sino por que les falta un hervor (evolutivamente hablando). Ninguno de los tres alcanza la barrera de los 30 años. Les falta recorrido para resultar verosímiles y transmitir el spleen generacional existencial de unos personajes que deberían frisar casi los cuarenta.
¿Solo una cuestión de ciclo evolutivo? ¿Quizá no han leído lo suficiente a Baudelaire? No. Hay algo más: bastante desigualdad en las capacidades interpretativas observadas. Para nosotros, el único que parece aprehender un poco el alma de su personaje es el actor Mariano Estudillo que encarna un papel más creíble o, si se prefiere, menos cuestionable.
El despiadado y desenfrenado mundo que, dice el folleto de mano, retrata Tempest en la pieza, a nosotros se nos hace todo lo contrario. Por como están dirigidos los personajes, el mundo que aquí se escenifica se parece más a un entorno aburrido, depresivo, abúlico, anhedónico, pero, oiga, no desenfrenado ni despiadado. ¿Despiadado que un tipo lleve mucho tiempo sin salir de marcha porque se ha hipotecado y casado? ¿Despiadado que un joven no busque otra salida laboral que tocar en un grupo de música sin mucho éxito? ¿O que una profesora de instituto está cansada de sus alumnos hasta el punto de comprarse un billete de avión y largarse a no se sabe dónde? Despiadado no es, créannos, la palabra correcta.
En lo escenográfico destacar un correcto diseño de hilos tensados que semejan una telaraña o las redes de los vínculos en los que es tan fácil enredarse. Mini punto, por ese lado, para Almudena Vello y DAI 2
Los conflictos que contiene la obra de Tempest, en genérico, adoptan la forma de crisis de chica de barrio: los problemas con la pareja, el orgullo del extrarradio, la libertad, la lucha anti sistema o el activismo LGTBI. Lo coloquial mezclado con esa idea del terrorismo íntimo de lo cotidiano, es marca de la casa, sí, pero en esta representación, lo coloquial se escancia de manera tan suavizada que se transforma en indolente. En personajes carentes de otro barniz que el de sujetos pusilánimes. Y este es el jardín que tenemos.
Como Kate Tempest escribe en uno de sus versos: «Este es el jardín / Más te vale empezar a sembrar / O no habrá cosecha».
Pues eso, más les vale.
WASTED
Se bajarán de este caballo: Quienes esperen unas interpretaciones a la altura.
FICHA ARTÍSTICA
Autora: Kate Tempest
Dirección: María San Miguel
Reparto: Mariano Estudillo, Javier Amann, Nakarey
Escenografía: Almudena Vello
Idea original escenografía: DAI2 – Facultad de Arquitectura Universidad Politécnica de Madrid.
Espacio sonoro: Zeltia Montes
Iluminación: Libe Aramburuzabala (La Cía de la Luz).
Vestuario: Almudena Vello
Ayudante de dirección: Alba Muñoz
Fotografía: Jesús Romero
Comunicación: Olga López Hidalgo
Realización: Alonso Valbuena/Marcos Vilariño
Diseño gráfico: Manuel del Moral Ventura, Bengoa Vázquez
RRSS: Jaime López-Dóriga, Marta Asensi
Teaser: Daniel Moreno García, Fernando Cuena, Jacobo Herrero, Cristina Márquez, Joan Soler y Carlos Barroso.
Con la colaboración especial de BLACKPANDA.
Dirección de producción: Nakarey Fernández Sornes
Una producción de Abre Tu Mente Producciones y Producciones en Crudo
Una crítica de Fjsuarezlema
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