Principios de siglo XX. A Coruña. Dos mujeres se casan en la iglesia de San Xurxo, una de ellas vestida como hombre. Ambas son Elisa y Marcela, las dos primeras mujeres que contrajeron matrimonio en España hace más de cien años.
Esta podría ser una suerte de sinopsis de la obra «Elisa y Marcela» que, con dirección de Gena Baamonde e interpretada por Areta Bolado, Noelia Castro y Ailén Kendelman (de A Panadaría Teatro), nosotros hemos podido ver en Teatro del Barrio de Madrid.
Partamos de un distingo. De una distinción. La distinción entre comedia y tragedia. Todos sabemos, de modo oficioso, qué las distingue. Pero hagámoslo oficial. Nos gusta esa idea de W. Allen que emplea una fórmula matemática para hacernos comprender que la tragedia sumada al paso del tiempo es igual a comedia. Añadamos más información al respecto. En una tragedia, los protagonistas no pueden sobreponerse a los acontecimientos. En una comedia, sí. Tras esta distinción, aclaremos que la historia de Elisa y Marcela puede ser contada desde ambos lugares. Y, si bien Isabel Coixet eligió la tragedia, las responsables de la compañía A Panadaría Teatro, se decantaron por la tragedia más paso del tiempo. En cualquiera de los dos casos la historia de Elisa y Marcela es una historia inacabada porque la documentación nos deja muchas lagunas llegadas ambas protagonistas a un punto: cuando se van a Argentina poniendo el océano de por medio. A partir de ahí, solo cabe especular.
Lo demás, lo que ocurrió antes, en sus vidas, es sobre el material que trabajan en esta producción que, podemos asegurar, es una verdadera joya cómica y una delicatessen para cualquier espectadora/or que desee pasar un rato formidable en el teatro.
Las tres actrices se valen de sus propios recursos vocales, corporales, misturando técnicas de slapstick, casi a modo de pequeños gags, y del poder de la narración, de la evocación pertinente. Solo una tela en el escenario. Lo demás, corre a cuenta de los tres talentos que se suman y se equilibran eficazmente en escena.
La historia no se aparta de su idea activista como insoslayable fondo y la dirección de Gena Baamonde sabe valerse de los recovecos necesarios para contar aquello que es profundo encajándolo en lo cómico, lo aparatoso, lo ridículo, sin perder ni una sola pizca de pulso narrativo.
Aquí seremos testigos de la historia de estas dos mujeres que a principios de siglo XX se contraían matrimonio (religioso, claro) en una pequeña iglesia (la de San Xurxo) en la ciudad de A Coruña. Viajamos con ellas al embrión de su historia cuando, supuesta y muy rocambolescamente, la pareja se conoce en un instituto, cuando hacen sus votos de matrimonio (una de ellas pasándose por hombre), el viaje de su luna de miel hasta Dumbría, en carruaje, la realidad de cómo las discriminan sus vecinos del pueblo, sus maneras de tener sexo, su estancia en Oporto y en Lisboa, su travesía al cruzar el charco para llegar hasta Argentina. Y todo, dentro de un encaje magicalizado y tamizado por la vis cómica, posee sentido y hondura. Una manera fantástica de decirles a los/as homófobos/as que en realidad, lo suyo no es una fobia porque no es que estén asustados/as. Simplemente son unos/as necios/as.
Lo que han conseguido estas tres actrices, bien llevadas de la batuta de su directora, es una especie de pequeño altar a la creatividad y un enorme tributo a lo activista como concepto. Porque en el interior de este armazón repleto de franqueza, yace la necesidad de poder hacer comedia, pasado el tiempo, de unos avatares que no debieron de tener nada de confortables porque, lo que sabemos bien, o intuimos, es que el amor de estas dos mujeres era una fuerza imparable pese a la época en la que les toco vivir; una locura tan necesaria como consciente del peaje que tocaba pagar. Porque la historia de Elisa y Marcela guarda en su interior un mensaje indeleble (más aún en los tiempos que corren de vetos parentales y llamadas a la discriminación): el mensaje de que el amor entre dos adultos que se aman nunca puede ser inadmisible.
Teatro necesario que sigue siendo programado en un Teatro del Barrio que es como una pequeña Galia y al que hemos de reconocer su conciencia y su honestidad como espacio libre de intolerancias. Obra, esta, de la que sales tras aplaudir con las manos en alto, en gratitud por el rato vital y jubiloso que has vivido. Pieza que se lleva, con inequívoco placer, nuestros cinco caballos.
Qué importante recordar que las únicas personas extrañas son aquellas que no aman a nadie.
ELISA Y MARCELA
Se bajarán de este caballo: Quienes tengan electroencefalograma plano.
FICHA ARTÍSTICA
Autoría: A Panadaría y Gena Baamonde
Directora: Gena Baamonde
Interpretación: Areta Bolado, Noelia Castro, Ailén Kendelman
Música Original: Ailén Kendelman
Iluminación: Laura Iturralde, Montse Piñeiro
Vestuario: Fanibell
Diseño Soporte: Beatriz de Vega
Construcción Soporte y Tela: Cdg
Imagen Gráfica: Noelia Castro
Fotografía: Pilar Abades
Vídeo: Alex Penabade
Asesoría en Canto: Marión Sarmiento
Producción: Ailén Kendelman
Ayudantía Producción: Liza G. Suárez
Distribución: Amadeo Vañó – Cámara Blanc
Una crítica de Fjsuarezlema
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